Washington Luna, más conocido como Canario Luna, (Montevideo, 1938 - idem., 30 de julio del 2009) fue un reconocido cantante uruguayo, de murga y tango.
Biografía
Nacido en el barrio Villa Española de la capital uruguaya, comenzó a subirse a los tablados a la edad de 12 años. En sus inicios, integró una comparsa llamada "Guerreros Africanos", y participó en diversos grupos de humoristas como "Negros Melódicos" y "Jardineros de Harlem". Integró la murga "Los Pichones de Antaño" y "La Milonga Nacional". Alcanzó la fama con la murga "Falta y Resto", de la cual fue uno de los fundadores a principios de la década de 1980.
Desde 1966 era conocido por su apodo, "Canario", ya que este fue el nombre de un personaje que interpretó en el concurso de Carnaval de ese año, en la Murga Don Timoteo.
Desempeñó varios trabajos a lo largo de su vida, fue lustrador de zapatos, vendedor de diarios y de billetes de lotería. Nunca se definió como un artista profesional, mencionando en varias oportunidades que "yo no canto, grito" y que esta actividad era "una changa para comer con aceite".
También manifestó:
En 1985 el conocido músico Jaime Roos lo convoca para grabar las canciones Adiós juventudBrindis por Pierrot, que se incluirían en un disco titulado como ésta última. También realizó actuaciones con los músicos Tabaré Cardozo y "El Pitufo" Lombardo, entre otros.
Participó de las murgas hasta el año 2000, cuando integró la murga "La Clarinada".
Realizó varias giras internacionales, recorriendo Estados Unidos, Canadá, España, Australia y Argentina.
En el 2008 participó del documental Hit, que recorre 50 años de música uruguaya contando la historia de las principales canciones, sus intérpretes y compositores.
Luego de padecer cáncer, falleció el 30 de julio del 2009, tras haber pasado varios días internado por una grave enfermedad.Fuente: Wikipedia



3 comentarios:
El Canario Luna fue al Carnaval uruguayo lo que el Polaco Goyeneche al tango argentino. Su voz aguda con sonido de armónica se convirtió en el sello del murguero oriental. Anoche Washington levantó su copa de vino para el último Brindis con Pierrot. Se fue como se han ido tantos. Tenía 70 años y lo volteó la maldita enfermedad.
Su estampa se volvió canción y ahora lo llora el Carnaval. Se cansó de decir que nunca fue “un profesional”. Cantaba para comer. Las mesas de los boliches fueron sus primeros escenarios. Un pucho y un vaso en la mano sus compañeros inseparables. Fue lustrabotas, vendedor de quiniela en los bares y libre. Bohemio y libre. Era un honor tener al Canario en la murga. Pero podía tornarse un dolor de cabeza. A los 13 años pisó el primer tablado para nunca más bajarse. Lo tuvo Falta y Resto. Jaime Roos lo quiso profesionalizar. No pudo. Era un Canario sin jaula.
No cantó sólo en murgas. También se le animó al tango: “soy murguista, y lo canto a mi estilo”. El candombe tradicional fue parte de su repertorio y tuvo un pasaje glorioso por el grupo Repique con el que visitó varias veces nuestra ciudad. La última fue en el Coliseo Podestá, en 2004, donde éramos un puñado que terminamos bailando arriba del escenario el Canario.
Brindis por Pierrot parece escrita por Jaime para Luna, como La última curda para Goyeneche. Se parecían bastante: el barrio, el boliche, el club, las noches interminables. Sin Canario en Carnaval queda un dejo de amargura que ni la mejor partitura le pudo marcar a su voz. Se llevó, como un capricho burdo, la esperanza escondida en el zurdo. Que el Diablo se apiade de él.
Por Ulises Rodríguez http://www.diariohoy.net
LA MURGA PERDIÓ SU VOZ
Tras haber estado internado varios días por una grave enfermedad, ayer a la noche falleció a los 70 años Washington "Canario" Luna, uno de los principales referentes de la música popular uruguaya y espejo de muchos carnavaleros.
Sus restos fueron velados en la casa fúnebre Francisco González y su cuerpo fue trasladado al Cementerio del Norte donde será cremado.
Carnavaleros, músicos y amigos se acercaron a darle el último adiós a uno de los referentes del carnaval y de la música popular uruguaya. "El Gato" Morgade, dueño de la murga Reina de la Teja recordó a Luna y aseguró que era un referente para todos los que alguna vez se "pintaron la cara".
Luego de que se leyera un poema que envió uno de los hijos del cantor, seis tambores resonaron en el Cementerio del Norte y los aplausos pusieron fin a una despedida amarga para el pueblo uruguayo.
Todo el mundo lo conoció como el "Canario" Luna.
Hombre de boliche, de tablado, de ensayos murgueros, que pasó a ser genio y figura de un Carnaval de antaño con el sonido la Unión como emblema.
Anoche se tomó la última copa con la vida y pasó a jugar en la divisional de la memoria popular.
Nunca se consideró un artista profesional.
"Soy uno del monton", solía decir con su voz aguardentosa.
Cuando cantaba, sus agudos hacían vibrar la fibra emotiva de cualquier carnavalero. A los 13 años se subió por primera vez a los tablados.
Era una época en que cada esquina montevideana tenía un tablado, las murgas no tenían maquilladores y había que pintarse uno mismo la cara.
No se hablaba de cantores profesionales. Eran gente de barrio, de boliche, del club.
Aquel murguista arquetípico, el de la bohemia, de la noche, siguió vivo en el Canario.
Pero también fue el hombre de los múltiples oficios.
Fue lustrador de zapatos. Vendió números de lotería. Y fue tal su suerte que le embocó a un número ganador y eso le dio para casarse.
Así armó su familia. Hoy llevaba más de 40 años de casado. Tres hijos. Varios nietos. Un perro, a quien consideraba su hijo menor.
Jaime Roos lo llevó a los estudios. Y aquella voz de la Falta pasó al podio de los clásicos con Brindis por Pierrot, con Adiós juventud.
"Soy un chapado a la antigua", dijo alguna vez.
Y ese espíritu se respira en esas notables canciones de Roos, capturando climas e historias de la ciudad y de la fiesta carnavalera.
Su ingreso a la canción popular le aportó al género de la murga-canción un sonido diferente, que abrevó en fuentes históricas, en aquellos sonidos que definieron las murgas de la Unión como la de Don Timoteo del 66 o del 74.
Pero no cantó sólo murgas. También arremetió con el tango.
Él sentía que no se le faltaba el respeto a la música del fuelle urbano.
"Soy murguista, y lo canto a mi estilo, pero no me voy a reír de un Goyeneche", decía.
El candombe tradicional también estuvo en su repertorio, y tuvo un pasaje glorioso por aquel grupo Repique con el que recorrió nuestro país y también saltó el charco y se anotó varios goles en la capital porteña.
Anoche hizo su último brindis y se marchó con las glorias del Carnaval.
Un cáncer lo tenía a maltraer. Pasó varias veces por el hospital, pero a última hora volvió a su casa.
En la medianoche de ayer le tocó el final que quizás muchos pronosticaban.
Ahora quedan sus discos como solista, algunos videoclips, los discos de murga.
Y la memoria de esa voz aguda, cargada de áspero filo, de la bohemia.
A la salud de un capo.
darle el último adiós a uno de los referentes del carnaval y de la como emblema.
Publicado por el periodista Luis Morales en http://ecosdeldeporte.blogspot.com el 31/07/2009
El trozo de video que se presenta en este homenaje, pertenece a un documental sobre música uruguaya llamado Hits.Es verdad, se nos fue a otro tablado una voz inigualable, de esas que cada tanto da este Uruguay. Gracias por el recuerdo. A Maldonado le hace mucho bien este recuerdo.
Marisa Leyton
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